"Es una cosa tan horrible que no nos morimos por el COVID-19 sino que nos moriremos de hambre". La empleada describió cómo la situación del COVID-19 ha afectado a su comunidad en Filipinas de forma diferente, pero devastadora.
Cuando la pandemia se extendió por todo el mundo en marzo de 2020, muchos lugares se cerraron de repente. Esto provocó que la gente perdiera sus trabajos temporal o permanentemente, no teniendo ingresos para comprar alimentos; los límites del cierre provocaron la lucha de las familias: sólo se permite que una persona vaya al mercado y consiga reservas de alimentos para toda la familia con un tiempo limitado.
CRONOLOGÍA
3/24 El anterior empleado publicó en las redes sociales la donación de alimentos por parte de otras personas.
3/24 LAYANA se puso en contacto con ella para entender la situación
3/26 LAYANA transfirió el importe de la donación a la cuenta de Filipinas
3/27 Filipinas recibió el dinero y compró arroz para compartir con la comunidad
La donación era del fundador de LAYANA. LAYANA dedicó algo de tiempo a averiguar lo que ocurría en Filipinas para poder ayudar al fundador a tomar la decisión de cuál es la forma más rápida de ayudar a prevenir inseguridad alimentaria: una donación de dinero o la entrega de bienes a Filipinas. Al final, se enviaron 3.000 dólares a Filipinas.
La inseguridad alimentaria de la comunidad se vio ligeramente aliviada tras recibir el dinero. "Todo lo que necesitamos es comida y arroz". dijo. La primera acción fue comprar 20 sacos de 25 kilos de arroz que beneficiaron a más de 10 familias de la comunidad. El resto del dinero puede ayudarles a superar este difícil momento.
LAYANA mantiene una estrecha amistad con los empleados extranjeros, especialmente con los filipinos, con los que lleva colaborando desde hace más de 25 años. En estos tiempos difíciles, esperamos que este esfuerzo pueda al menos salvar un rincón del mundo.